jueves, 22 de mayo de 2014

BENDECIR


BENDECIR
Por Leonardo Díaz
Astrólogo Metafísico

El recibir o dar nuestra bendición es un acto metafísico. Cuando el que bendice y el que recibe la bendición lo hacen de forma autentica, solemnemente espiritual y concentrados en la fuerza de la invocación al espíritu de Dios que nos habita, una poderosa energía es derramada.

El acto de bendecir afirma todo el bien, y la luz que llevamos dentro. Bendecir es reforzar lo divino mediante la invocación.

Nuestros antepasados claramente entendían que las bendiciones los fortalecían y les traían el bien. Las bendiciones ayudan a las personas a conectarse con su potencial, con la parte luminosa de su ser.

Toda bendición se pronuncia en nombre de Dios, la metafísica nos enseña que la frase apropiada para el acto de bendecir es “Dios te Bendice. La Luz de Dios te envuelve”. (Siempre en tiempo presente)

Quien nos bendice actúa como un pontífice, el sirve como puente entre el cielo y la tierra.

Las bendiciones permiten a los bendecidos ser envueltos en la luz espiritual, y ser protegidos mediante el contacto con la fuerza espiritual interna. Para que la bendición derramada cumpla su propósito, el bendecido debe abrirse y recibir humilde y  amorosamente la bendición, sentir que esa luz lo envuelve.

El acto de bendecir no puede ser realizado de forma mecánica, se requieren la atención y apertura, se trata de un ritual espiritual muy poderoso.

Nuestra palabra tiene poder y cuando invocamos la luz del espíritu, ponemos en movimiento fuerzas que funcionan de acuerdo a la ley universal de causa y efecto. Cuando nos disponemos a bendecir y convertirnos en canal de tan elevada energía, debemos encontrarnos  alineados, armonizados, no todos los momentos son propicios para efectuar este ritual donde se invoca al espíritu de Dios.
  
Todos podemos bendecir. El poder de la bendición se encuentra dentro de nosotros y al bendecir, Dios, que está dentro de nosotros mismos manifiesta su energía amorosa y protectora.

La bendición es una hermosa tradición espiritual que se manifiesta en todos los pueblos, de todas las culturas, en todos los tiempos.

En especial, los padres, los abuelos, los mayores, aquellos que tienen un  lazo de amor profundo y verdadero, se encuentran en mejores condiciones emocionales, mentales y espirituales para realizar el acto de bendecir. La bendición de una madre, de un padre y abuelos amorosos, se produce de forma muy especial. Los videntes describen estos momentos como lluvia de luces refulgentes de indescriptible belleza.

No solo se bendicen a las personas, también al hogar, las cosechas, los alimentos, el dinero, los medicamentos, incluso las manos del médico que nos realizará una cirugía, etc.. Bendecir y un acto de establecimiento del Orden Divino en las cosas bendecidas.

Lo contrario de bendecir es maldecir. La metafísica nos enseña que las maldiciones son destructivas porque se devuelven contra quien las pronuncia. Toda energía que entregamos al universo retorna a nosotros, por lo que las bendiciones también se devuelven sobre quienes las pronuncian. Siempre recibiremos aquello que damos. Es una Ley Universal.

La bendición es sanadora y protectora porque eleva nuestras vibraciones. Dios nos Bendice. Su Luz nos envuelve a todos.